domingo, 29 de abril de 2012

De limpiezas y poesía


Limpiezas con vinagre, sahumerios varios por todas partes, aceite de coco, ojo turco en la entrada, romero en las esquinas… ruda.
 
Luego de varias limpiezas de energía a este departamento que vivió tanta cosa, por decir lo menos, hoy ya es mi hogar, lo vamos armando de a poquito.
 
Cada día encuentro nuevas ideas que espantan a las malas ondas, cada vez más lindas. Y quizás no es que sólo espanten las malas ondas, sino que traen buenas. Vamos con el intercambio total.
 
Esta poesía está próxima a ser impresa y colocada en un marco frente a mi puerta. Lo merece. Como parte de mi etapa actual, como un paso en mi reconciliación con Neruda.

ODA A LA TRISTEZA
TRISTEZA, escarabajo
de siete patas rotas,
huevo de telaraña,
rata descalabrada,
esqueleto de perra:
Aquí no entras.
No pasas.
Ándate.
Vuelve
al Sur con tu paraguas,
vuelve
al Norte con tus dientes de culebra.
Aquí vive un poeta.
La tristeza no puede
entrar por estas puertas.
Por las ventanas
entra el aire del mundo,
las rojas rosas nuevas,
las banderas bordadas
del pueblo y sus victorias.
No puedes.
Aquí no entras.
Sacude
tus alas de murciélago,
yo pisaré las plumas
que caen de tu manto,
yo barreré los trozos
de tu cadáver hacia
las cuatro puntas del viento,
yo te torceré el cuello,
te coseré los ojos,
cortaré tu mortaja
y enterraré tus huesos roedores
bajo la primavera de un manzano.

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